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Es posible que estés en un proceso de reproducción asistida o a punto de empezarlo. Tanto si lo estás llevando a cabo unilateralmente o en pareja, a menudo, el camino suele implicar un desgaste psicológico considerable por el estrés que genera la multitud de factores que hay que afrontar durante el trayecto. Por ello, es muy importante acompañar el proceso de RA de una orientación psicológica paralela.

¿Qué es la reproducción asistida?

La reproducción asistida (RA) es un conjunto de técnicas que tienen como finalidad facilitar la fecundación.

En los últimos años se han producido nuevos avances en este campo, así como en la conceptualización del modelo de familia, abriéndose un abanico de posibilidades. Sin embargo, se continúa prestando poca atención a la complejidad de los aspectos psicológicos implicados y en demasiadas ocasiones, se banalizan.

 

Aunque parece increíble a estas alturas, he atendido casos en los que algunas de las personas que se han sometido a reproducción asistida vienen deshechas emocionalmente. En ocasiones, porque no se ha cuidado adecuadamente el proceso psicológico por el que cada persona pasa en estas situaciones, afectando no sólo a la persona sino a la relación de pareja, pudiendo llegar a desestructurarse al no ser atendidas las necesidades emocionales de cada uno de los miembros y de la pareja en su conjunto.

Las emociones y pensamientos se mezclan dando lugar a una intensa experiencia: aspectos como las expectativas que cada uno tiene ante el hecho de ser padres, la incertidumbre sobre los propios recursos personales, las esperanzas puestas en el tratamiento, en definitiva, temores y dudas que muchas veces se callan por vergüenza, por no considerarlo importante, por no herir a la pareja, etc., todo ello va generando un aumento de la temperatura  emocional, caldo de cultivo para los conflictos y la percepción de estrés.

Proceso de reproducción asistida

Vamos a acompañar a una pareja por el itinerario más habitual en reproducción asistida:

 

Intento de quedarse embarazada

  • Antes de tomar la decisión de comenzar un proceso de reproducción asistida la pareja pasa por una etapa de intentar quedarse embarazada por sus propios medios, surgen muchas preguntas acerca de la propia fertilidad que a veces no se explicitan porque la barrera de los miedos y las culpas las tapa. Pueden aparecer pensamientos como: no me quedo / se queda embarazada, seré yo el / la culpable”, ¿y si no podemos tener hijos?, incluso, cuestionamientos sobre la feminidad y la masculinidad: no soy lo suficientemente hombre o mujer, etc.

Estudio de fertilidad

  • Una vez pasada esta etapa sin haber resultados de embarazo y en la que la pareja invierte un año aproximadamenteel médico aconseja comenzar un estudio de fertilidad. Y continúan las dudas y los temores. Si no hay una mediación psicológica que sirva de vía de salida, se quedan dentro, bloqueando y añadiendo estrés al proceso.

Resultados del estudio de fertiliada

  • Ya obtenidos los resultados del estudio de fertilidad se desvelan algunas dudas y se comienza otro proceso en el que aparecerán otras nuevas: ¿cómo se realiza? ¿cuál es la intervención a seguir?, ¿dónde hacerla?, ¿cuánto cuesta?, ¿cuánto habrá que esperar? Todo ello sazonado con un viacrucis de consultas a profesionales y centros sanitarios en aras de tomar la mejor decisión.

Estimulacíon ovárica

  • La siguiente fase, aunque dependerá de cada caso particular, puede ser la de la estimulación ovárica, con acompañamiento de los efectos secundarios derivados de este procedimiento:

Estimulación ovárica efectos secundarios

  • Tormenta hormonal.
  • Cambios de ánimo.
  • Sofocos.
  • Aumento de tamaño de los ovarios.
  • Náuseas
  • Tensión mamaria.

Todo ello llevado estoicamente porque “es lo que más deseamos y con tal de conseguirlo se aguanta lo que se tenga que aguantar”.

Cuando hay información detallada las cosas se facilitan, no obstante, la información médica es necesaria pero no suficiente. Es crucial un asesoramiento psicológico sobre las emociones y sentimientos que pueden acompañar al proceso de reproducción asistida.

Lo ideal sería un espacio de ventilación emocional guiado por un psicólogo, donde las parejas puedan hablar de sus emociones y sobre lo que esperan de su pareja en cada una de las fases de este proceso.

Frases como: no me he sentido acompañada/o, no entiende por lo que estoy pasando, no sé cómo ayudardan buena cuenta de que el camino no es fácil, aunque la decisión de andarlo esté tomada por los dos miembros de la pareja.

Fase de implantación

  • La fase de implantación suele ser la siguiente etapa, momento de especial tensión emocional porque de nuevo lleva un periodo de espera. En muchos casos, afortunadamente, los esfuerzos dan por fin su fruto y se consigue el deseado embarazo. En otras ocasiones, esta etapa acaba en un intento fallido, yo lo llamo la pérdida de lo invisible, supone un duelo en toda regla en el que cada persona requiere su tiempo. Los intentos repetidos pueden ser habituales, conllevando una secuencia de duelos acumulados.

En resumen

Es necesario que todo el personal implicado en un proceso de reproducción asistida se forme y esté al tanto de las posibles reacciones emocionales de las personas que van a pasar por este procedimiento, cómo dar la información, cómo ajustar las expectativas, cómo dar las buenas y las no tan buenas noticias. Siendo, además, imprescindible que se oriente y acompañe psicológicamente a las personas que van a pasar por esta situación para no generar daños colaterales en la persona y/o en la propia pareja.

Ana Marchal
Psicóloga y Sexóloga
Col. nº M-17800

Si deseas más información o asesoramiento personal sobre tu caso, puedes contactar con nosotras a través de:

 91 029 3688

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